
Su nombre viene saltando de boca en boca desde que protagonizó una violenta riña con arma blanca en marzo de este año en la diagonal 60, tras lo cual un hombre resultó gravemente herido.
Tras este hecho, por el cual no pagó ni un solo día de cárcel, sus movimientos se intensificaron y ya son varias las denuncias por hurto que ciudadanos han hecho en su contra.
La última de ellas tuvo lugar, precisamente esta semana en el barrio Torcoroma, donde aprovechó un parpadear de los residentes de una casa de la calle 53 para ingresar y atrincherarse en una habitación.
“Fue en un abrir y cerrar de ojos. Una señora nos avisó que alguien se había entrado a la casa. A esa hora estábamos haciendo el almuerzo y no nos dimos cuenta. Efectivamente, cuando revisamos la casa notamos que la mujer se había metido a un cuarto y se había encerrado”, relató una de las víctimas.
Con el paso de los minutos y mientras esperaban la presencia policial, los vivientes de la casa obligaron a la delincuente a salir del cuarto, donde ya había desconectado un computador que pensaba sustraer de la vivienda.
“La Policía tardó en llegar, fue casi media hora de espera y ella ahí sentada en la casa. Después salió con el cuento que nos iba a demandar por golpearla y tenerla encerrada”, concluyó una de las víctimas.
Según otros vecinos, esta es la tercera vez que la mujer ingresa a una casa del barrio con el ánimo de robar.
VANGUARDIA