
A él y a su familia, un juez de restitución les devolvió su terruño, en el que dice volverá a sembrar cacao, arroz, sorgo y maíz, todos elementos que le calmaron el hambre sin problema hasta que tuvo que dejar tirados la pala y el azadón para salir corriendo con sus familiares por miedo a la violencia.
Actualmente su casa está ocupada por otra familia que, como él, llegó con una esperanza de vida. A ella, la Unidad de Restitución le entregará una compensación por considerar que su ocupación “fue de buena fe, exenta de culpa”.
Presentó demandas
La Unidad informó asimismo que presentó 1.137 demandas de reclamación de tierras en Bolívar y que el próximo año espera comenzar procesos de restitución en la zona sur de este departamento.
VANGUARDIA